9.09.2020

518. Libros y lecturas.

Desde que tengo memoria los libros han formado parte de mi vida.


En mi casa siempre había algo que leer, comics variados para nosotros; sal y pimienta, gasparin, Archie, patoaventuras, después fueron las revistas de Barbie heredadas por una prima mayor y las colecciones de libros que nos compraba mi papá.  De ahí pase a los libros de la biblioteca de mi mamá, Danielle Steel y Victoria Holt se convirtieron en mis primeras compañeras de muchas tardes de lectura.  Cuando empecé a trabajar recuerdo la delicia que era ir a la librería el día de pago y salir con 5 o 6 revistas y libros en las manos.


En mi casa leíamos donde se podía y cuando se podía, en la mesa y en el baño invariablemente.  No era raro vernos sentados a la mesa, cada quien con su revista o libro en las manos y a mi mamá quejándose porque leíamos en vez de comer.  Y ni hablar del baño, creo que a todos nos pasaba y si no, por lo menos a mi si, que a veces estaba tan metida en la historia en turno que se me olvidaba en donde estaba, hasta que un golpe en la puerta me recordaba que debía de salir ja, ja.


Pero a pesar de que todos leíamos en casa, el acto de lectura siempre fue individual, de uno solo.


Cuando me mude de ciudad para estudiar en la universidad, todos mis libros quedaron en casa de mi mamá, y durante unos años, la lectura quedo pausada por los estudios.

Pero esa lejanía no podía durar mucho tiempo y un día empecé a comprar libros y volver a leer, y a pesar de que ya tenía con quien compartir mi vida, la lectura siguió siendo de uno, y no porque él no leyera, sino porque nuestros gustos literarios son diferentes, y son pocos los mismos libros que hemos leído los dos.


Entonces creo que, por eso, cuando pensaba en clubs de lectura, mi mente lo bloqueaba, me decía a mí nadie me va a decir que leer, y sentía que eso no funcionaba para mí, lo más que hice fue seguir algún reto anual y compartir algunas de esas lecturas con mi amiga Kat, o que ella me recomendara lecturas y viceversa, pero no siempre las leíamos al mismo tiempo.


Por fortuna, la vida se encargó de enseñarme que estaba equivocada, pues hace 3 años por fin me decidí a entrar a un club de lectura y ha sido una de las experiencias más maravillosas en la vida, no solo he leído libros hermosos (la mayoría del tiempo) sino que además he conocido personas que se han convertido en amig@s a las que aprecio y quiero mucho, y la verdad no me imagino ya mi vida sin esas reuniones mensuales, de discusión, comedera, pláticas y hasta vendimia.  También en este año, he hecho varias Lecturas conjuntas y he descubierto la maravilla de poder discutir y conocer otras opiniones de un libro en las voces de personas que también los están leyendo, un poco más dinámico a veces que en el club de lectura, pues al tener un grupo para la lectura conjunta, puede uno desahogarse casi al momento de que algo importante o impactante pasa en la historia.


Y heme aquí un Club de Lectura y muchas Lecturas después, feliz, feliz, feliz, buscando nuevas lecturas conjuntas a las que agregarme, y llenando mis libreros y dispositivos con muchas lecturas pendientes.

9.01.2020

517. La Carretera.

Para el relato de este mes, tocaba escribir una historia donde apareciera uno como personaje, estuve dándole y dándole vueltas a que podría ser, pero Agosto me falló en inspiración, espero haberlo hecho bien.


Por fin llegaron las vacaciones, tiempo para disfrutar en compañía de tíos y primos; la de aventuras que nos esperan.  

Pero primero hay que llegar hasta ellos, el viaje en Autobús es de 24 horas más o menos, espero que el camión de este año este en buenas condiciones y que las personas que toquen alrededor no sean escandalosas o de esas que llevan lonche para el camino y solo se les ocurre llevar huevos duros y frijoles; bueno, que ese recuerdo aún perdura y no es nada agradable.

Ojalá y me toque a mi estar en la ventana, este año no se me olvido la almohada y la cobija, aunque regularmente es caluroso dentro con tanta gente junta, a veces, por la madrugada cuando vamos cruzando por el desierto de Sonora las temperaturas bajan y tener algo con que taparse a la mano es bueno.  A mi mamá y a mí nos gusta viajar de noche, aunque por diferentes razones; ella porque dice que así el viaje se pasa más rápido y es menos pesado, pues al ser de noche tendemos a quedarnos dormidos antes siquiera de haber salido de Tijuana.  A mí me gusta porque contrario a sus deseos, quiero acurrucarme junto a la ventana apenas dejemos atrás la ciudad y ver hacía afuera a través de la ventana hacía la oscuridad, tratando de adivinar las formar que van pasando rápidamente frente a mis ojos, después levantar la mirada al cielo y ver tantas estrellas en el firmamento que junto a la luna iluminan el paisaje.  Mi mente viaja hacia mi familia, que se estará preparando para recibirnos, gustosa de vernos un verano más, mientras pienso en ellos, acomodo la almohada de tal manera que pueda aun ver a través del cristal, ya hemos llegado a La Rumorosa, todas las historias de fantasmas que se de ese lugar acuden a mi mente, y aunque el corazón se acelera no puedo dejar de mirar, pero cuando por fin distingo las luces de la ciudad allá abajo a lo lejos el palpitar desbocado se sosiega un poco, casi llegamos a la primera parada, algunas gentes bajaran otras subirán y seguiremos el camino sin parar hasta Sonoita, donde nos detendremos y bajaremos para que los Soldados revisen el camión mientras nosotros hacemos fila ante largas mesas donde pondremos nuestras maletas para que las revisen.  Después regresaremos al camión y el chófer volverá a la carretera, de vez en cuando se detendrá en algún paradero, casi siempre en pueblitos pequeños, donde bajaremos a estirar las piernas mientras el chófer anuncia cuanto tiempo estaremos ahí, 15, 30 minutos, da igual, siempre me angustia que el camión nos deje o peor aún me deje a mi sola, siempre me hago historias de ¿Qué pasaría en ese caso? ¿Qué haría yo?  Las posibilidades son infinitas, van desde trabajar en el paradero a la espera de que alguien regrese por mi hasta la de perseguir el camión a través de los pueblos, y ya casi cuando tengo toda una vida nueva armada, se escucha el grito anunciando que es hora de partir, así que mis aventuras en un pueblito perdido en Sonora tienen que esperar por otro viaje más.

Ahora que ya es de día me gusta ver a través de la ventana cuando llegamos a los pueblos, ver las casa, la gente, imaginar sus vidas en ese lugar, que tan diferentes serán a mi propia vida, esos niños que veo ahí en la calle, ¿jugaran a lo mismo que jugamos mis primos y yo? ¿que se sentirá vivir en una casa tan llena de plantas? justo como esa que veo en la esquina o tener animales como en aquella otra que acabamos de pasar y donde a través del cristal alcance a ver un enorme puerco tirado en el patio.

Ya estamos entrando en Chihuahua, y en nada estaremos en casa de mi tía, ya tengo muchas ganas de verlos a todos, abrazarlos después de un año y pasar dos meses completitos con toda la familia.

Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

7.31.2020

516. La vida que no fue.

Hoy es su cumpleaños número 80 ya el sol se oculta mientras ella lo ve irse a través de la ventana abierta de su habitación.

Los últimos 20 años ha vivido en una residencia para ancianos, desde que su esposo falleciera.  Ninguno de sus hijos quiso hacerse cargo de ella, y tampoco permitieron que se quedara en la casa que había sido su hogar por más de 30 años.

Mientras los últimas rayos de sol se ocultan tras los cerros en la lejanía, pero no así el calor que se queda húmedo y pegajoso adherido por todos lados ella recuerda entre tantas quejas de su madre, una de las que más le dolía, donde reprochaba a la hija haberse adelantado en el nacimiento y echar a perder su verano junto al mar, donde podría haberse refrescado en sus últimas semanas de embarazo a la espera del hijo deseado, sin embargo, ella se adelantó a nacer y más terrible aun; a nacer mujer.

Sus padres, que estaban seguros de tener un varón por heredero, habían pintado las paredes de la habitación del bebé de color azul, en concordancia con los carritos, las lámparas de animales y los adornos que hubieran sido la delicia de cualquier niño.  Su padre alegando que había gastado de más en acondicionar el cuarto del hijo que no llego, se negó en redondo a cambiarlo para la recién nacida que tenía en casa; así que ella paso los siguiente años en una habitación que en vez de flores y colores rosas, tenía carros y colores azules.

A los 4 años, su madre la metió a clases de Ballet, lo único considerado para niñas que había realizado hasta entonces y solo porque dijo que le sería útil para tener alguna gracia a la hora de “pescar” un marido, nunca fue tan feliz como en esas horas que pasaba repitiendo los Retiré, los Plié, los Tendú y los Relevé y el Arabesque que siempre fue su favorito; la verdad es que no lo hacía nada mal y durante un par de años abrigo la esperanza de poder dedicarse profesionalmente a la danza, sus maestras decían que tenía el talento y la tenacidad para lograrlo.  El sueño termino el día en que armándose de valor y respaldada por la directora de la academia le planteo a su padre la posibilidad de hacer de la danza su profesión; como era de esperarse su padre montó en cólera, por un momento hasta llego a pensar que le daría algo, de tan rojo y abotagado que se veía mientras repetía a grito pelado que una hija suya JAMAS se dedicaría a algo tan vulgar como ser bailarina, que antes la encerraba de monja y tiraba la llave al río, que permitir que tal ignominia manchara el buen nombre de su apellido.  Ahí se terminó su sueño de ser bailarina.

En cambio dos años después fue obligada a entrar a la escuela de Medicina, ya que si el señor les había negado a sus padres la gracia de tener un hijo que perpetuara la tradición, en sus hombros recaía conservar el linaje de médicos en su familia.

Cuando estaba en el segundo año de la carrera conoció  a alguien de quien se enamoró perdidamente, y el futuro se le revelo afortunado; pero se guardó ese amor para ella misma, a sus padres no les dijo nada, conforme paso el tiempo se sintió más y más segura, y ya en su último año de carrera, cometió un desliz que fue fatal, y sus padres se enteraron de su relación; su padre le prohibió terminantemente seguir con ese chiste sin futuro como la llamo él.
Ella con el corazón destrozado termino con su novio.

Para evitar futuras relaciones que no fueran aprobadas por sus padres, ella fue comprometida de inmediato con el hijo de un conocido con el que su padre quería realizar un negocio.  Al final el único negocio fue la venta de la hija a un hombre que la trataba mal, y que lo único que hizo fue dejarla encerrada en su casa, llenarla de hijos y sin poder ejercer la carrera que tanto le había costado llevar a término.  Su marido le dijo al suegro que esa no era una profesión para mujeres casadas y con hijos, y ahí termino la discusión.

Y así se le fue la vida criando hijos, limpiando rodillas raspadas, cocinando mañana tarde y noche, soñando con otra vida a través de novelas y películas.
Y eso la regreso al presente a este su cumpleaños 80, y mientras la suave brisa de la noche se colaba por su ventana, decidió que por la mañana hablaría con sus hijos y les diría que ya no quería estar ahí, si ellos no querían tenerla en sus casas, podría rentar un departamentito con el dinero que pagaban cada mes en la residencia hasta le quedaba para los pocos gastos que ella pudiera tener.

Si, a cada momento que pasaba estaba más y más convencida de que podría funcionar.
Ahora se recostaría para que ese dolor que le molestaba desde la tarde se le pasara mientras seguía planeando su nueva vida.

Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

6.30.2020

515. Caballo de Troya.

Cuando se fue de su pueblo nunca pensó que terminaría en un lugar así rodeada de hombres al mando del General Villa, pero ahí estaba ella, Petra Herrera, ahora conocida como Pedro Herrera, esperando en el sendero la llegada del tren con soldados federales que van rumbo al sur de Chihuahua.

El General dice que hará su propio Caballo de Troya, ella no sabe que tipo de caballo es ese, pero ayer en la reunión de la noche Villa les hizo saber que la idea es detener el tren en las vías, por medio de unos árboles caídos, y atacar a las tropas, una vez estén sometidos, los villistas subirán a los vagones tomando sus lugares.

Villa se hará pasar por un alto miembro de las fuerzas federales y mandara un telegrama a Ciudad Juárez para avisar que encontraron el camino intransitable debido a unas vías destruidas y que el tren va de regreso.  Una vez que lleguen a la ciudad saldrán de los vagones atacando a quien se ponga por delante hasta hacerse con el control de la ciudad.

Ella espera que el plan funcione, pues sabe que hacerse con el control de la ciudad es de vital importancia para la causa, quizá cuando lo logren, el General les conceda unos días de descanso, será bueno por un momento dejar de fingir y esconderse para no ser descubierta y volver a ser por unos días simplemente Petra.

Ya se escucha a lo lejos el tren, los ánimos se están calentando a su alrededor, un murmullo para alistarse a la pelea llega de boca en boca.

La hora de la batalla ha llegado.



Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

5.31.2020

514. Lucy Jones.



Justo antes de se extinga el último día del mes, aquí les dejo el relato.

Mayo: Con una escena en el baño.

Lucy Jones, 7 años, pero tan menuda que parece de 5; tiene ese nombre ya que su mamá dice siempre que es la luz en el camino sombrío.  Tiene 3 hermanos mayores, sus dos hermanas tenían 18 y 16 años cuando ella nació y casi no ha convivido con ellas pues en la primera oportunidad se han ido de casa, pero su hermano que tenía 14 en ese momento aún vive en el hogar familiar y así como Lucy es la luz en la vida de su mamá; Mike es la de la vida de la niña.

El la cuida y la mima, ahora que trabaja le lleva chocolatinas y dulces a escondidas, es así porque la primera vez su papá se molestó, le dio una cachetada y le dijo que solo él podía proveer en esa casa; aunque nunca le ha dado un dulce a Lucy.  Su hermano es quien le ayuda con las tareas de la escuela y quien la arropa por las noches antes de dormir y le dice que jamás tema, que el la cuidara siempre y si es necesario matara monstruos por ella.

Hoy Mike se ha retrasado para la cena y el papá de Lucy se ha molestado y ha dicho que seguro ya andaría de vago bueno para nada, Lucy agacho la cabeza y siguió comiendo su sopa, pero su mamá no tuvo el tino de la niña y respondió que seguro se había quedado tiempo extra en el trabajo, ya ha pasado antes; pero hoy su marido tuvo un mal día en el trabajo y no está de humor para nada.  En el momento en que dijo la última palabra se dio cuenta de su error, pero ya era demasiado tarde, el huracán se había desatado,  Lucy se levantó de prisa de su lugar y corrió al lado de su mamá pero su papá la aparta fácilmente de un jalón y la niña cae sobre su brazo en el piso y por un momento se queda sin aire.

Lucy sabe que en esas situaciones lo que debe hacer es encerrarse con llave, en su casa el único lugar que tiene seguro es el baño, su papá dice que la única privacidad que una persona ocupa es cuando va a cagar.

Es por eso que Lucy se encuentra ahora recostada en las frías baldosas del baño, le duele su brazo y piensa que ojala Mike regresara pronto a casa, quizá así por fin su papá calmara su furia, las lágrimas resbalan por su cara, mientras intenta calmar el dolor en su brazo, sobándolo con su mano y escucha afuera el sonido de cosas que se quiebran  y voces que gritan, mezclados con chillidos y golpes.

Lucy recuerda la ocasión el verano pasado en que escucho a sus hermanos hablando de aquella vez que su mamá se cayó por las escaleras y estuvo una semana en el hospital, eso fue antes de que ella naciera y se mudaran a la casa donde viven ahora que es de un solo piso; sus hermanas preocupadas decían que no podían seguir así, que un día a su padre se le iba a pasar la mano…justo en ese momento Mike tomo conciencia de que ella se encontraba en sus brazos así que les dijo a sus hermanas que luego platicaban; Lucy pregunto a su mejor amigo Tom que significaba pasarse de la mano, así que ahora ella vive con ese temor en el pecho.

Unas luces rojas y azules entran por la ventana reflejándose sobre el espejo y sacando a Lucy de su ensueño, ya no se escucha nada dentro de la casa, y afuera en la entrada alguien toca la puerta con golpes fuertes y secos, uno detrás de otro, urgentes.  De pronto los golpes cesan y Lucy suspira y piensa si ya será seguro salir, está a punto de tomar el pomo de la puerta cuando escucha el crujido de la madera en el pasillo, su mano queda suspendida en el aire mientras contiene el aliento, pronto los pasos se detienen junto a la puerta del baño y unos suaves toquidos se escuchan mientras alguien le habla.

-Lucy, ¿estás ahí dentro?

Lucy que no sabe quién le habla se queda muy quieta y callada.

-¿Lucy? Repite la voz, soy la sargento Riley, escucha si estás ahí ¿puedes hablarme por favor?

Lucy responde muy despacio –Aquí estoy.

Escucha Lucy –Le dice la sargento- necesito que abras la puerta y vengas conmigo.

Quiero a mi hermano Mike –replica la niña.

Claro –le contesta la sargento- hagamos un trato, tu abres la puerta y juntas iremos a buscarlo, ¿qué te parece?

Lentamente, Lucy abre la puerta y asoma su cara para encontrarse con una mujer arrodillada frente a ella que le sonríe y le tiende la mano, ella le regresa la sonrisa tímidamente y le da su mano, pero la sargento hace más que eso y la carga entre sus brazos, al levantarla ve la cara de dolor y le dice que saldrán afuera para que un amigo suyo la revise.

Lucy asiente con la cabeza y se abraza del cuello que huele a rosas, consciente quizá de que hay cosas que no debería de ver, a pesar de saberlo no puede evitarlo y al pasar por la entrada de la sala se asoma sobre el hombro de la sargento, los muebles están todos en el piso o quebrados y unas manchas desconocidas ensucian todo el piso.

Afuera una ambulancia está subiendo una camilla dentro, pero Lucy no alcanza a ver quién va en ella, del otro lado otra camilla con una bolsa negra y enfrente una patrulla,

-¡MIKE! El grito de Lucy sobresalta a la sargento, que tiene que tomar más fuerte a la niña para que no se escurra de sus brazos.

-Tranquila- le dice – o te vas a caer – Si prometes estarte quieta te llevare con tu hermano un momento, ¿está bien? Lucy asiente.

-Lucy- le dice Mike cuando la niña se encuentra a su lado- no te preocupes, te prometo que pronto estaremos juntos, todo estará bien, mientras Delia y Nora cuidaran de ti, tienes que ser fuerte y no tener miedo.

Lucy asiente, quiere abrazar a su hermano pero su brazo duele, así que solo puede decirle –Te quiero- mientras la sargento le aleja de su lado.

Lucy se encuentra sentada en una camilla mientras un señor muy amable revisa su brazo con mucho cuidado, la sargento se encuentra todo el tiempo a su lado y suavemente le pregunta –Lucy, ¿sabes lo que paso hoy en tu casa?

Si – responde Lucy- Mike cumplió su promesa.


Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

4.30.2020

513. Te Extraño.


Abril ya casi se termina, y antes de que las horas se consuman, paso a dejar el Relato de este mes.

Abril: Songfic.

Siempre sostuve que escribir cartas era de cobardes, que las cosas había que decirlas directo y a la cara; y sin embargo, mírame aquí frente al papel con la pluma entre mis dedos, escribiéndote estas palabras, inútiles de más, pues aunque te escriba mil hojas no las leerás.

Y si ahora rompo mi creencia y escribo estas palabras, no porque espero que las leas, sino porque necesito sacar esto que me quema por dentro el alma y decirte que te extraño, que te extraño tanto que me cuesta respirar –y me imagino que de saberlo, dirías que son ideas mías- pero de verdad, te juro que en el momento que tu imagen pasa por mi mente provoca un corto circuito que me hace olvidar hasta como respirar y termino boqueando como pez fuera del agua, con la cara roja; pobres peces ahora entiendo la agonía que sienten cuando son arrancados de su hábitat y llevados a un terreno que no solo es cruel si no que los mata lentamente, mientras ellos luchan y se agitan tratando de obtener del medio algo que ya no pueden obtener, pienso si en algún momento seré como ellos y terminare rindiéndome y dejaré de pelear, tal vez simplemente me duerma y eso sea todo.

Seguro que si ahora te contará esto te reirías de mí, siempre decías que yo soy muy visceral con mis emociones, y a mí me gustaba sobreactuar a veces (te lo confieso ahora sin pudor) pues me gustaba ser quien te hiciera reír de esa manera que lo hacías tú, sin tapujos, libre, a carcajada limpia, como un niño que aún no sabe de mesura.

Extraño nuestros paseos por el parque justo al atardecer en esos minutos en que se funden el día con la noche como dos amantes que se han esperado todo el día, sentir el calor de tu mano aferrada a la mía.  Es aún más difícil por las noches en la soledad del cuarto, que hasta hace poco tiempo era de los dos y ahora solo es un espacio donde refugiarme de los demás, en esas horas calladas sentada a la ventana mirando en la oscuridad de la noche, intentando traerte a mi lado a base de recuerdos, tengo miedo que si un día no lo hago, tu cara, tu voz, tu recuerdo se vaya difuminando en mi memoria, hasta que te pierda definitivamente y no vuelva a encontrar más que sombras.

Es en esta soledad, donde escribo, mientras escucho los silencios de la noche y el movimiento de los árboles que sembramos frente a nuestra ventana mecidos por la suave brisa del otoño.  Los árboles del amor; que trajiste un día de primavera, recuerdo como me reí por eso, diciéndote lo cursi y cliché que era tener esos árboles, y que ahora han quedado como recuerdo de tu paso en esta casa.

Son todos esos detalles cotidianos que juntos hacíamos especiales, y que ahora solo yo extraño; o dime acaso si tú los extrañas también, aunque sea un poco, allá donde ahora estás.

Mañana, o ¿Ya es hoy? Te veré por última vez, quizá me atreva a preguntártelo, aunque tu boca siga muda ante mí, o quizá simplemente deje caer esta carta a tu lado, suave y delicadamente la veré caer dentro de tu tumba…

Soundtrack: Te extraño - José José 



Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash


3.26.2020

512. Leyendas Marinas.

Para el Reto de Marzo, decidí usar la primera parte de un relato que escribí hace ya varios años, obviamente como no lo he terminado jamás ha visto la luz del sol 😃 hasta hoy; espero algún día poder terminar la historia y ponerla completa.  Por lo pronto aquí les dejo esta primera parte.

Relato que incluya una criatura sobrenatural.


¿Quieren que les narre una historia? Pregunto el viejo capitán –Y los niños al no tener nada mejor que hacer en esa tarde lluviosa, corrieron a sentarse a los pies del sillón, donde descansaba el viejo; quien acomodando la pipa en su boca, les dijo, les voy a contar de la vez que conocí a una sirena.

-¿Una sirena? ¿Como las de los cuentos? –Pregunto uno de los niños, mientras los demás murmuraban asombrados. 
–Así es, contesto el capitán con una sonrisa en los labios.

Fue hace muchos años, yo apenas era un poco más grande que algunos de ustedes, aunque ya me sentía muy mayor y me urgía salir a pescar a mar abierto con mi padre y mi abuelo, estaba cansado de los quehaceres de la casa y de solo acercarme al pescado para ayudar a quitarles las escamas y tripas.
Pero mi padre, a pesar de que el mismo había salido a pescar a una edad más temprana que la mía, se negaba a llevarme con ellos, ya que decía que yo era muy impulsivo y que mientras no aprendiera a controlarme era un peligro para los demás y para mí mismo, el que fuera con ellos.

Bueno, pues yo había decidido que no me importaba que no quisiera llevarme, pues tenía hecho un plan completo y la próxima vez que viajara al pueblo a vender el pescado seco y conservas que mi madre preparaba, tomaría la lancha y me haría a la mar y traería tan buena pesca, que no solo no me regañarían por haberme escapado de esa manera, si no que recibiría muchas felicitaciones de los demás pescadores y con eso demostraría a mi padre que era lo suficientemente grande para acompañarlos.

Por fin había llegado el día, mi padre partió por la noche cargada la vieja carreta, justo antes de que mis hermanas y yo nos acostáramos, para estar en el pueblo al clarear la mañana y vender sus productos en el mercado.  Con un poco de suerte esos serían los últimos pescados secos que yo ayudaría a preparar.

Esa mañana me levante muy temprano, el horizonte se veía gris; una tormenta amenazaba con llegar a la costa, por un momento considere dejar mi aventura para otra ocasión, pero rápidamente deseche esa idea, pues sabía que tal vez no tendría esta oportunidad de nuevo muy pronto; por lo que tome un suéter más grueso y me lo puse encima de la ropa, ya tenía la mochila con provisiones listas para mi aventura, así que la tome del piso y la puse en mi espalda, mientras con mucho cuidado abría la puerta de mi cuarto y salí sin hacer apenas ruido.

Al salir al pasillo tome un pequeño descanso para comprobar que todo seguía en silencio y tomar del refrigerador un trozo de carne que le iba a dar al perro, pues con sus ladridos era capaz de despertar a toda la casa en pocos minutos y entonces sí, hasta ahí llegaría mi aventura.  Con mucho cuidado abrí la puerta, aventando el pedazo de carne por delante de mí, escuche correr al perro, conté hasta 15 y salí de la casa; cerré la puerta a mi espalda con todo el sigilo que fui capaz y di unos pasos para ver la reacción del perro; pero este entretenido en morder y saborear la carne apenas si volteo a verme, una mirada como diciendo – ¿Y ahora a dónde vas tú a estas horas? Pero no debió interesarse demasiado en la respuesta, pues rápido regreso su atención al trozo de carne entre sus patas.  Rápidamente pase a su lado, y con pasos rápidos entre la arena, llegue a la reja; en ese momento me volví para contemplar la casa, por un segundo me pareció ver que las cortinas en el cuarto de mi abuelo se movían, observe con más cuidado, pero nada más sucedió, tal vez fuera el viento de la tormenta que ya estaba jugando en tierra o mis nervios traicionándome; así que apresure el paso y de un salto pase sobre la valla, dejando detrás de mí al perro que seguía comiendo y la casa en total silencio.

Mire la hilera de casas, en donde algunas luces ya empezaban a asomar en la oscuridad de la mañana, tenía que apresurarme pues los otros pescadores no tardarían en salir de sus casas, y si alguno de ellos me veía, habría preguntas y bueno, yo quería evitar cualquier encuentro que no me dejara realizar mi hazaña.  Así que corrí lo más rápido que pude con el peso de la mochila golpeando en mi espalda, y pensando que tal vez ese suéter extra no había sido tan buena idea, corrí pasando por el borde de la playa hasta donde estaba nuestra lancha amarrada y con gran trabajo –Realmente no pensé que pesara tanto- logre voltearla, metí los remos dentro y empuje con todas mis fuerzas, resoplando y jadeando; a través de la arena húmeda, hasta tocar el agua, una vez ahí fue fácil deslizarla dentro, aventé mi mochila por encima de la borda y de un salto me subí, el corazón me latía furioso dentro del pecho, el cuerpo cargado de adrenalina listo para comenzar la aventura, tome un par de segundos, para relajar mi respiración agitada por la carrera y el esfuerzo y tomando los remos, poco a poco logre agarrar el ritmo en el remado; despacio fui dejando la playa y la ensenada que rodeaba nuestro pequeño pueblo pesquero y entre a mar abierto.  Cuando me di cuenta la playa era ya un punto en la distancia y la mañana asomaba ya en unos tímidos rayos de sol que se asomaban entre los nubarrones grises, solo esperaba que la lluvia tardara todavía en llegar; aunque sabía también que gracias a esa amenaza de tormenta ningún pescador saldría hoy a mar abierto, se limitarían a echar las redes cerca de la playa, y así en cuanto empezaran a caer las primeras gotas, levantaría todo y regresarían a sus casas. Nadie quería arriesgarse a quedar atrapados en medio del mar con una tormenta encima de ellos, pues el cielo se oscurecía tanto que a veces parecía media noche en vez de medio día.  Los más viejos espantaban a los niños pequeños diciéndoles que esos días es cuando los demonios del mar aprovechan para subir a la superficie en busca de pescadores incautos que creyeron poder vencer a la tormenta.

-Cuentos de viejos- pensé yo, es solo que a nadie le parece cómodo estar mojado hasta los huesos, mientras trabaja.

Seguí remando hasta que perdí la playa de vista, metí con mucho esfuerzo los remos dentro del bote y tome mi mochila de donde saque mi lonche, tanto trabajo me había dado mucha hambre; así que comí masticando deprisa, pasándome todo con tragos de agua.  Cuando termine, guarde la basura dentro de la mochila y echando los remos dentro del agua, fui remando más mar adentro; ya que mi abuelo siempre decía que ahí es donde se consigue la mejor pesca y yo tenía que llevar solo lo mejor.  Por fin, después de remar durante un rato, me sentí satisfecho con el lugar donde estaba.  Enseguida me puse a buscar el ancla

-En ese momento, el capitán hizo una pausa en el relato, para dale un par de caladas a su pipa y acomodar sus ideas para que ningún detalle de la historia se escapara de su memoria.

-Los niños inquietos le pedían que continuara, aunque el aún tardo un par de minutos más en hablar.-

Encontré el ancla en la esquina de la lancha, justo debajo de la cámara; solo para darme cuenta de que era demasiado pesada para mí, me fue imposible moverla, a pesar de que lo intente por varios minutos con todas mis fuerzas, con la cara roja por el esfuerzo y mi espalda empapada en sudor decidí que era mejor dejar el ancla donde estaba y buscar la red; después de todo si me movía con cuidado, no tendría ningún problema por la falta de anclaje.

Al fondo de la cámara estaba una caja de metal donde sabía estaba la red, así que con cuidado de no golpearme la cabeza, me agache y la jale hacía mí, en ese momento un relámpago rompió el silencio del mar, asustándome y haciendo que me levantara más bruscamente de lo que debería, con lo que la lancha se ladeo y uno de los remos se soltó de la chumacera debió al movimiento repentino y brusco, solo escuche el Plaf del remo al chocar en la superficie del agua, desesperado corrí hacía el lado de la lancha donde había caído estirándome lo más que podía sin caer al agua intentando alcanzarlo, pero fue imposible, para mi horror vi como el suave movimiento del agua empezaba a llevarselo, sabía que debía de pensar rápido antes de que se alejara y entonces si fuera imposible alcanzarlo, tome el otro remo para intentar jalar al caído, pero el esfuerzo de los últimos minutos me habían dejado agotado, y debido al impulso en cuanto toco el agua el peso fue demasiado y sin que pudiera hacer nada para evitarlo escapo de mis manos.

Con los ojos desorbitados por el miedo, solo pude ver como los remos se iban alejando poco a poco de la lancha, mientras trataba de pensar cómo iba a hacer ahora para regresar a tierra firme, con un remo hubiera sido muy difícil mas no imposible, sin embargo, ahora, no sabía que hacer; inútilmente busque algo que pudiera usar como sustituto de remo, pero ahí no había nada que remotamente pudiera servir.  Mientras todo esto pasaba no paraba de pensar en mi madre, en mis hermanas pequeñas, en mi padre y en mi abuelo; en qué pensarían cuando se dieran cuenta que no estaba, cuanto tardarían en darse cuenta de lo que había hecho y si me encontrarían a tiempo, sin quererlo las lágrimas comenzaron a correr por mi cara, ya no quería esta aventura, ni llevar los mejores pescados, solo quería estar en mi casa, calientito y seco.

Después de un rato llorando, pensé que lo mejor que podía hacer era serenarme, y agotado por el llanto y el esfuerzo me acosté encima de una bancada, deseando más que nunca que alguien se animara y saliera mar adentro, que me encontrara y llevara de regreso.  Poco me importaba ya el regaño que me esperaba en casa y así sin darme cuenta, me quede dormido.  Cuando desperté, sentía frío así que intente jalar mi cobija, sin éxito; tarde algunos segundos todavía en recordar donde estaba y el problema que tenía, despacio me incorpore y estire mi cuerpo intentando alejar el dolor y la incomodidad por haber dormido sobre la madera dura, luego me talle los ojos y mire alrededor de mí, esperanzado en encontrar otra lancha cerca.

No encontré ninguna lancha, escuche muy atentamente y en silencio, por si escuchaba a la distancia algún motor o el chapoteo de remos en el agua; pero por más que me esforcé no escuche ni una ni otra cosa, desesperanzado, me senté en el fondo de la embarcación a pensar cual debía ser mi próximo movimiento, tal vez buscar algo que pudiera servir de vela y esperar que llegara un viento pronto, o revisar de nuevo por si algo pudiera servirme como remo; estaba sumido en esos pensamientos cuando escuche un pequeño chapoteo en la orilla de la lancha, creí que sería algún pececillo así que lo deje ser y seguí pensando cómo hacer para regresar a la orilla; pero el chapoteo seguía oyéndose en el mismo sitio, así que curioso me empecé a levantar para ver que lo provocaba, quien sabe, tal vez fuera un delfín, tal vez el pudiera ayudarme; pero al levantar la vista, en vez de un delfín lo que vi fue a la más bella criatura que hubiera visto jamás, tenía unos cabellos largos y negros que se movían al compás del agua, su piel era lechosa, tan blanca que la luna palidecía ante ella, sus ojos que me miraban fijamente eran de un azul tan intenso que parecían dos trozos de agua arrancados del mar, sus labios eran tan rojos como un botón de rosa floreciendo en primavera.

Me quede tan absorto viéndola que no me di cuenta cuando la fascinante criatura se acercó a mi lado, estaba tan cerca, con medio cuerpo dentro de la lancha, que si estiraba mi brazo, podría tocarla con la punta de mis dedos, sin embargo no lo hice y me quede donde estaba observándola, pues de pronto vinieron a mi mente todas esas historias que contaban los pescadores en las noches de luna llena, a la luz de las fogatas, historias en donde las sirenas –porque estaba seguro que esta criatura eso era- eran seres terribles que arrastraban a los incautos y desafortunados hombres que llegaban a cruzarse en su camino, llevándolos con ellas a las profundidades marinas.

La bella criatura debió ver la duda en mis ojos pues embozo una sonrisa capaz de opacar al mismo sol, y al verla todos los cuentos e historias desaparecieron de mi mente, solo quería acercarme a ella y tocarla.  En el mismo instante en que ese pensamiento cruzo por mi cabeza ella empezó a cantar con una voz tan hermosa, era como si un coro de ángeles hubieran bajado a cantar a mi balsa, la melodía salía y se elevaba a las alturas, sentí algo quemándome en las mejillas y al tocar mi cara me di cuenta que estaba llorando, me limpie los ojos, mientras la sirena entonaba una última nota antes de terminar la canción.

En ese estado hipnótico en que me encontraba, decidí que las historias que había escuchado toda mi vida definitivamente solo eran cuentos para asustar a los más pequeños, esta sirena parecía todo, menos capaz de causarme daño; despacio para no asustarla me acerque hasta que mi cara quedo casi pegada a la suya, ella me sonrío y me dio un beso en la boca, en el momento en que sus labios me tocaron, sentí como el aire se me iba del cuerpo, tarde un par de segundos en darme cuenta que en realidad no podía respirar, por más que intentaba jalar aire a mis pulmones, este no llegaba a ellos, me sentía como esos peces que boquean frenéticos al sacarlos del mar, intentando jalar aire de un medio donde no lo encuentran; me sentía mareado y todo me empezó a dar vueltas alrededor, mire a la sirena que aún sonreía y me quede paralizado de miedo, pues a pesar que seguía siendo la misma sonrisa que hiciera que me acercara a ella, ya no era para nada hermosa; era maligna y repulsiva.

Sentí que no podía más y que me estallaría la cabeza mientras las cosas a mi alrededor se empezaban a nublar, cuando ella entro completamente dentro de la lancha y en un solo movimiento me tomo de los brazos arrastrándome con ella a las profundidades, entonces supe que quedarme sin remos, había sido el menor de mis problemas que ahora moriría ahogado, y que nunca nadie encontraría mi cuerpo; por lo menos no completo, me dieron ganas de llorar pero no podía, así que solo cerré los ojos y espere el fin.




Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

2.24.2020

511. Revolución.

Febrero: POC - People of color.

El frío de la madrugada se cuela por debajo de la sábana despertándome, si es que acaso se puede llamara dormir a este estado que tenemos desde que el invierno llego a la Finca.  Como medida para evitar que enfermemos nos dan estos pedazos de tela, que cubrir no cubren nada, pero peor sería estar sin ellas encima, realmente el calor para pasar cada noche lo obtenemos de dormir varias personas en un mismo espacio, con la finalidad de que los cuerpos vecinos nos den tibieza; hay ocasiones en que si esta de buen humor, el capataz nos permite prender un pequeño fuego, que aunque llena todo de humo, también nos ayuda a soportar las inclemencias del tiempo invernal, claro que eso no suele pasar muy a menudo, más que nada porque siempre le gusta recordarnos que de el depende nuestra incomodidad o comodidad, por eso casi nadie se atreve a contradecirlo, por lo menos frente a el.

Por el tipo de frío que se siente, se que el alba esta a punto de llegar, por lo que la campara que suena para que iniciemos nuestra jornada  no tardara en repicar hasta que todos estemos en pie.  Con cuidado me levanto del camastro que comparto con dos de mis hermanos, el más pequeño se remueve un poco, pero el sueño lo vence, dejo que descanse los pocos minutos que quedan por delante, mientras yo me asomo por la ventana por donde el viento traicionero se a colado hasta despertarme, aún no se ve ningún movimiento fuera; a veces algunos insomnes como yo se levantan temprano a prender un fogón y preparan una bebida fuerte con especias que cada año recibimos como regalo por parte del amo, pero parece que hoy no será uno de esos días, lo que es una lastima pues hubiera ayudado mucho en esta mañana tan fría.

En este silencio escucho el relinchar de un caballo, lo que significa que tengo unos 5 minutos para despertar a mis hermanos y dirigirnos a la plazuela, que en realidad no es otra cosa más que un espacio en medio de los barracones que son nuestro hogar.  Me despego de la ventana y despierto a mis hermanos y a los demás; siete personas en total compartimos esta barraca que llamamos casa, en invierno tiene sus ventajas, en verano...no tanto y dado que por lo general tenemos mas calor que frío...en fin que de quejarse nada, pues hay quien vive con 10 o 12 personas más.

No somos los primeros en llegar a la formación, pero tampoco los últimos, lo cual es bueno pues así no llamamos la atención.  El capataz aún no llega aunque en el camino ya se escucha el sonido de los cascos, espero que nadie llegué después de el, por lo general a ellos se les reservan los peores trabajos como castigo a la holgazanería, limpiar letrinas, mover el material para el salón de juegos del amo, o desyerbar los terrenos alrededor de la finca, donde corren el peligro de encontrarse alguna serpiente entre las hierbas.

Si por el contrario nos encuentra a todos aquí en formación a su llegada y además esta de buen humor; puede que solo nos ponga a limpiar los terrenos de sembrado, preparándolos para cuando la primavera haga su aparición y empecemos a dejar las semillas que más tarde se convertirán en un mar de colores cuando las margaritas florezcan -morados, blancos, amarillos, naranjas, rosas- convirtiendo todo el terreno en una explosión colorida.  Además corre el rumor que el amo traerá este año una semilla especialmente modificada para que de margaritas azules, ya que es el color favorito de su hija menor y la luz de sus ojos.  De darse bien, seguro que todos los rincones de la casa grande se adornaran con ellas; mientras las demás se recogerán para ser vendidas a las fincas vecinas, las más cercanas, y otras tantas viajaran debidamente empaquetadas a otros estados de la República.

Por ahí viene llegando el capataz, con sorpresa vemos que hoy viene acompañado del amo, pocas veces le vemos, ya que es una persona muy ocupada, pero siempre es un honor que venga hasta acá, me pregunto que noticia nos traerá, espero que sea algo bueno.

Es impresionante verlo, con sus trajes de colores claros siempre, creo que sabe que hacen gran contraste con su piel oscura y su pelo negro como las noches sin luna.

Recuerdo que el abuelo contaba que cuando sus padres eran pequeños, las cosas eran diferentes, que era nuestra raza quien montaba a caballo y daba las ordenes.  Que su error fue ser soberbios y creerse superiores a los demás, creyendo que quien estaba por debajo de ellos, jamás se cansaría; que cuando la revolución llego, las cosas cambiaron drásticamente, que el amo se volvió el siervo y el siervo, amo.

Y es por eso que ahora somos nosotros quienes hacemos el trabajo pesado y ellos quienes llevan las riendas del mandato.



Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

1.20.2020

510.


Hola de nuevo, como les comente en el post pasado, este año decidí participar en un reto de escritura, escribir es algo que me gusta mucho y que tengo muy abandonado, así que este reto cumple con doble función, reactivar el blog y mi escritura.

No me juzguen por este primer relato, apenas me estoy desempolvando, espero ir mejorando cada mes.

Para el mes de Enero:  Relato Libre.

Sin más que decir por ahora, aquí está:

Estoy aquí sentado en el alfeizar de la ventana, mientras la veo aparecer por la vereda del jardín, con las bolsas de la compra entre los brazos, dirigiéndose tan despreocupada hacía lo que será su muerte.

Está a punto de entrar a la casa, por lo que bajo y me situó junto a la puerta, así en el momento en que entré estaré listo para clavar los puñales por todo su cuerpo, el factor sorpresa será mi aliado y su perdición.  Cuando su cuerpo caiga al piso, mientras la sangre mancha su inmaculada alfombra blanca, entenderá que jamás debió gritarme por entrar dejando un par de huellas encima de ella.

Antes de asestar el golpe final, daré un par de vueltas alrededor suyo, que sea mi rostro lo último que sus ojos vean, mientras la luz y conciencia abandonan su cuerpo; y antes de que exhale su último aliento tomare la navaja mas filosa y la colocare en su garganta para terminar con ella, lentamente para alargar su agonía, será entonces cuando la vea a la cara, le regalare una última sonrisa mientras la navaja termina su trabajo y veré la sangre y su vida abandonar su...

-Se escucha ruido en la cerradura de la puerta y enseguida un grito-

¡Ay! No, no, Blue, no, cuando se te quitara esa manía de rasguñarme cada que llego a casa; y no intentes salir que luego regresas todo sucio y llenas la alfombra de lodo, ven acá ya estate en paz.

prrr prrr prrr

De nuevo he fracasado en mi misión, pero mañana...
mañana lo lograré.


Esta recopilación participa en el Reto Anual "12 Meses 12 Relatos 2020" organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash

509. Tag de Los Hábitos de Lectura.


Hola Bienvenidos de nuevo a este bonito lugar, después de un poco más de 3 años sin ninguna entrada, he decidido limpiar un poco *se arma con un plumero extra grande y una escoba* y regresar.  Todo es gracias al reto "12 Meses, 12 Relatos" de Tanit, les dejo su blog para que vayan a leer de que se trata y si les interesa, porque no, a unirse.

Pero primero, voy a hacer un Tag de hábitos de lectura que vi en el Blog de Vida de Gachucornio y me gusto para empezar a sacarle brillo al changarro.

1. ¿Tienes un lugar especial en tu casa para leer?

En mi casa casi no leo, cuando lo llego a hacer es en mi cama, y generalmente me gana el sueño jajaja, generalmente donde más leo es en el trabajo, y también traigo un libro en el carro, para esas ocasiones en que me toca esperar.

2. ¿Separador especial o cualquier pedazo de papel?

Soy una fanática de los separadores, tengo una gran cantidad de ellos, lo que normalmente hago es usarlo y dejarlo dentro del libro, pero en momentos de emergencias donde no tengo uno a la mano, uso lo primero que encuentre, tickets, recibos, papel, lo que encuentre primero.

3. ¿Puedes simplemente parar la lectura o tienes que llegar al final de un capítulo/cierto número de páginas?
procuro terminar el capítulo, aunque últimamente lo dejo en medio de párrafos.

4. ¿Comes o bebes mientras lees?
las dos cosas, pero con sumo cuidado.

5. Multitasking: ¿Música o TV mientras lees?
Las dos cosas, música si estoy en el trabajo, o tele si estoy en casa.  Aunque a veces también me gusta hacerlo en completo silencio.

6. ¿Un libro o varios a la vez?
Varios, uno en el trabajo, uno en casa, uno en el carro.  a veces dos en el trabajo y/o casa.  Pero generalmente son 3.

7. ¿Leer en casa o en cualquier lado?
¡En donde se pueda!

8. ¿Leer en voz alta o en tu cabeza?
En mi cabeza. Solo cuando le leo a mi hija es en voz alta.

9. ¿Te adelantas o te saltas páginas?

A veces, pero es más bien para ver cuanto me falta para terminar el capítulo.  Antes tenía la costumbre de leer el último párrafo del libro, pero ya no lo hago.

10. ¿Doblar el lomo o dejarlo como nuevo?

¿Porque doblaría el lomo de un libro?

11. ¿Escribes en tus libros?

Subrayar de vez en cuando, a veces escribo, cuando no se el significado de alguna palabra, la busco en el diccionario y lo anoto.  Pero generalmente lo que hago es poner Post its para destacar frases o párrafos que me gustaron.

12. ¿A qué hora del día lees más?

Por las mañanas.
   
13. ¿Qué formato prefieres: audiolibro, electrónico o físico?

Soy Old Fashion, así que siempre preferiré el libro físico sobre cualquier otro formato, pero a veces la pobreza no permite, así que ahí entra lo electrónico.  He intentado escuchar Audiolibros, pero la verdad siempre los encuentro en audio español -entiéndase de España- y después de un rato me cansa el acento.
    
14. ¿Tienes un hábito inusual mientras lees?

Mmmm, no, creo que no.
    
15. Finalmente cuando son series, ¿los libros tienen que coincidir en formato/tamaño/edición?

De preferencia si.

Y bueno, por ahora eso es todo.  

En el siguiente post, les traeré el primer relato del Reto y bueno, ya veremos que tal andamos de tiempo e inspiración, para escribir más; pero si no, por lo menos 12 Posts si tenemos en el año.

Saludos y felices lecturas a tod@s!!!