9.05.2010

Chiflar y comer pinole

Dicen que los hombres están negados para hacer dos cosas a la vez y que por el contrario las mujeres pueden y hacen dos, tres o mas cosas a la vez.

Hay ocasiones en que me preguntan que estas haciendo y les puedo contestar, tejiendo, viendo la tele, chateando, en twitter, cocinando, recogiendo, que multifacética dicen y si, puedo estar haciendo varias cosas a la vez, sin mayor problema.

Pero hay algo, que jamás podre hacer junto con otra cosa….Manejar, no puedo por mas que intente, me es imposible manejar y hacer algo mas; yo veo mujeres que van manejando y pintándose, y es que de verdad, como lo hacen, yo no puedo ( y ni quiero tampoco), no se, tal vez si lo intentara podría lograrlo, pero se me hace tan peligroso, si a veces cuando voy de copiloto termino con el rímel donde no va o picándome el ojo, ahora no quiero ni imaginarme que pasaría siendo yo la única responsable del carro D:

Manejar y hablar por teléfono? Imposible, en primera porque por lo regular siempre traigo el celular y radio en las profundidades de mi bolsa, que aunque va de mi lado como copiloto, no me deja encontrarlos solo con meter la mano, la experiencia de dos o tres veces que he estado a punto de chocar e incluso salirme de la carretera (sic) me han enseñado que 1: o dejo el cel y el radio a la mano ó 2: esperar un semáforo para zambullirme dentro de mi bolsa y contestar.

Eso solo por dar dos ejemplos que yo se que muchas mujeres pueden hacer mientras manejan, incluso al principio cambiarle a la radio era un reto enorme, esos segundos con la mirada despegada del frente, sentía que me iba a estampar xD.

El chapo a veces intenta platicarme algo, pero siempre quiere que lo estés viendo cuando te habla, y no puedo voltear, eso y no escucharlo bien (estoy sorda u_u) hacen que termine diciéndole que mejor me platique ya que estemos en la casa.

Snif* no cabe duda alguna….cuando manejo me convierto en hombre xD

9.01.2010

LOS AMOROSOS

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.

JAIME SABINES