Desde siempre he amado la playa, no se si porque nací en un puerto, porque mi mamá desde bebé me llevaba a que me diera la brisa marina o porque en otra vida o mundo fui una sirena :P jaja ok eso no pues.
Bueno como sea, el romance entre el mar y yo, ha seguido vigente hasta el día de hoy.
El agua que llega con delicadeza a la arena, como si fuera el beso de un enamorado, ejerce una magia en mi que me hace acercarme a su orilla para mojar mis pies y ver el sol reflejando sus rayos en el agua. Poco a poco irme adentrando en las frías aguas sorteando a las olas, que conforme camino van creciendo y que sin detenerse mojan todo lo que encuentran a su paso, entonces tomar aliento y de un golpe sumergirme en el agua para en un grito salir, dicen que te mojes todo el cuerpo de una sola vez, para que se te quite el frío, bueno pues solo falta un poco de valor para comprobar esa teoría, de valor o de locura.
Sentarme en la arena a platicar, comer, ver a los niños corriendo en la playa o haciendo castillos en la arena o solamente recordar viejos paseos, en compañia de personas que estan lejos o ya no estan mas a nuestro lado.
Levantar la camara intentando captar todos los detalles posibles, sol, arena, agua, reflejos, sonrisas, nubes, aves, cabellos ondeando al viento, quiero dejar la mayor huella posible de los momentos agradables y de felicidad que encuentro a mi paso.
Y al final del día pedir porque este romance entre el mar y yo, no termine jamas.