9.28.2011

Estrellas en el Firmamento

Hace cuanto fue la primera vez? 20 años? lo piensas un poco mas, haces cuentas, 24 años, es el tiempo exacto.

Recuerdas, el camión, de esos que ya no se ven, ha pasado tanto tiempo que ni siquiera la línea existe ya, te acuerdas de esos asientos, que no se reclinaban, con una toallita en el respaldo, y un cenicero en el brazo del asiento, las ventanas polarizadas.

A tu mamá le gusta viajar de noche, dice que así es menos pesado el viaje, pues se pueden dormir y al despertar quedaran menos horas en la travesía de un día entero para ver a la familia.

Se turnan para estar en la ventana, siempre intentas quedarte tu en la noche, te encanta acomodar el rostro en el frío cristal y ver fuera la carretera oscura, solo rota por la luz de algún carro que también viaja de madrugada, recuerdas las primeras paradas, esas donde aún sube gente, de madrugada llegar también a la frontera con Sonora, donde esta la revisión, sabes que significa, buscar maletas, arrastrarlas, mientras somnolientos esperan el turno para que los soldados los revisen y al final, volver a subir todo al camión y partir.

Después de esa parada forzada, avanzan, sin detenerse mucho, al fin y al cabo, a esa hora a casi nadie le urge bajar.

Te entretienes en ver las estrellas, bailando en el infinito cielo, te asombras de cuantas puedes ver, mas allá de donde te alcanza la vista, a veces puedes ver una estrella fugaz, sonríes, y así sin darte cuenta te quedas dormida.

Despiertas, puede que ya sea de mañana, hacen algunas paradas, casi siempre en pueblos pequeños, bajan para estirar las piernas, para comer un poco del lonche que han preparado para el viaje.  En alguna ocasión se turnan para ir al baño, si en esa época, los camiones aún no tienen baños.

Y entre carretera y pueblos, el día va pasando, la tarde empieza a caer y tu corazón salta, sabes que con el caer de la noche, estas mas cerca de llegar.

Has vuelto a tu lugar junto a la ventana, las luces dentro del camión ya se han apagado, ves afuera a la oscuridad, tus ojos esperan, por fin lo ves, allá a lo lejos, las primeras luces, el corazón te salta de alegría, de desesperación y también un poco de cansancio.  El camión sigue rodando sobre el asfalto, y las luces siguen creciendo.  Por fin, entran a la ciudad, sabes que si te bajaras ahí mismo, solo tendrías que caminar un par de cuadras y estarías en casa, mas sin embargo el chofer sigue por la calle principal, te asomas a la ventana y ves el Restaurante de tu abuela y ahí en el mismo lugar de siempre, la estatua del monje, ese que te da una mezcla de miedo y fascinación, por fin llegan a una de las terminales, porque en este pueblo, hay varias terminales, solo algunas personas se bajan, las demás seguirán el viaje, dios sabe hasta donde.

Y de repente, han llegado por ustedes, abrazos, besos, sonrisas, y la certeza de que muchas aventuras te esperan con el llegar de la mañana.

4 comentarios:

Renata dijo...

awwww =)

۴ℓïdïά۴ dijo...

Hace 5 años que no me pasa eso, se extraña... mucho se extraña!

lasoberbia dijo...

Qué cosa tan bonita Abby... me encantó tu blog y también me sorprendió... me gustó mucho tu manera de comunicar sentimiento... Abrazos doñita :)

Marie dijo...

Que felicidad leerte, muchos abrazos